Se me ha pedido que discuta con ustedes los llamados complejos de inferioridad. Los llamados complejos son parte del desarrollo alterado de la personalidad, y por tanto, son expresiones de ésta. Existen muchas formas de complejos: complejos de culpa, complejos de superioridad, complejos de inferioridad, etc.
La Represión: Base de los Complejos
No se puede hablar de complejos sin antes hablar de represiones. La represión es uno de los mecanismos de ajuste (llamados por Freud de defensa) más utilizado y se desarrolla para manejar situaciones conflictivas, es decir, situaciones donde hay dos deseos irreconciliables o donde hay dos anhelos que compiten entre sí, o dos tendencias que constituyen una amenaza a la imagen que tenemos de nosotros mismos.
Por medio del mecanismo de la represión se excluyen del campo de las percepciones conscientes los deseos, impulsos, pensamientos y anhelos que consideramos perturbadores o incompatibles con lo que deseamos o con lo que nos han enseñado que se deben o que se pueden tener en la conciencia. Pero estos deseos, impulsos, pensamientos y anhelos no desaparecen sino que pasan al campo inconsciente. Así, por medio de una inhibición psicológica en el recuerdo, ellos permanecen inaccesibles, no son reconocidos... como si no existieran y por tanto, no originan angustia, ni se hacen insoportables.
Es importante que dejemos bien aclarado para evitar confusiones o malos entendidos que la represión no se produce por un esfuerzo deliberado y consciente de la persona para excluir de la conciencia lo desagradable sino que se produce de forma totalmente involuntaria, no consciente, automática.
Ahora bien, no porque se reprima el impulso pierde su fuerza dinámica o su tensión. Por el contrario, el material reprimido continúa llevando una vida subterránea... y trata de presentarse de nuevo, de salir al exterior. Así, hay quienes plantean que la intolerancia hacia el mal comportamiento de otros, a menudo indica el esfuerzo que se requiere para reprimir tendencias similares que el individuo no reconoce en sí mismo. Como dice el refrán popular: dime qué criticas y te diré de qué padeces.
¿Qué es un Complejo?
Uniendo el concepto de represión con el de complejo, digamos que se conoce como complejo a un grupo de ideas asociadas o unidas a elementos afectivos comunes, que por su naturaleza inquietante han sido reprimidos. Son estos elementos afectivos los que le dan un carácter dinámico a los complejos puesto que ellos se convierten en cargas emocionales —tensiones latentes— que llevan a la persona a actuar emocionalmente en determinadas situaciones, o a emitir opiniones ante situaciones que no tienen importancia para otras personas porque ellos están viendo esos aspectos de la vida de forma muy peculiar.
Algunas características de los complejos de inferioridad son: somos sensibles a la crítica, reaccionamos pobremente ante la competencia, tendemos a criticar y a comentar los fallos de los otros pero excusamos los nuestros, reaccionamos exageradamente cuando nos halagan y cuando nos critican...
Causas de los Sentimientos de Inferioridad
Tanto los niños como los adultos pueden tener pensamientos y actitudes de inferioridad con respecto a sí mismos. ¿Por qué sucede esto? El psicólogo Von Haller plantea que se debe a que nuestra cultura está orientada hacia el éxito. Nuestra ambición consiste en ser número 1, en deportes, estudios, negocios... todos nosotros buscamos un ideal, y esto es sano, pero cuando vivimos en una cultura orientada al triunfo social entonces no nos evaluamos a nosotros mismos usando como criterio nuestras habilidades y potencialidades sino que lo hacemos basados en nuestras desventajas y errores. En oportunidades somos tan severos con nosotros mismos que distorsionamos nuestra propia imagen. Lo que nos impide actuar y ser como verdaderamente somos. O nos impide crecer y desarrollar nuestras potencialidades y habilidades porque estamos convencidos de que no podemos.
La Formación de la Identidad
Como hemos dicho muchas veces, todo lo que aprendemos en psicología sobre nosotros mismos y cómo funcionamos está enlazado. El ser humano es un todo único, física, psicológica, social y espiritualmente. Por tanto, nos queda ahora enlazar la represión y los complejos de inferioridad con la propia identidad. Es decir con la propia imagen y percepción que tenemos de nosotros, con la propia valoración que tenemos de nosotros.
Recordemos cómo se va formando el concepto que tenemos de nosotros mismos. Se forma cuando descubrimos nuestro nombre y cuando respondemos a él. Se va formando de acuerdo con los calificativos que nos van dando los adultos a nuestro alrededor: lindo o linda, inteligente o no tan inteligente como..., majadero o majadera, bueno o buena, cariñoso o no, etc. Y sin entender a ciencia cierta qué quiere decir lo que nos dicen, aceptamos e interiorizamos lo que nos dicen, hasta que más tarde en la escuela y en las relaciones con otros niños y con otros adultos vamos comparando lo que creíamos que éramos con lo que vamos logrando... y de esa experiencia es que surge nuestra propia identidad.
Conclusión: El Camino hacia el Éxito
Finalmente, los estudios demuestran que las personas exitosas en la vida familiar, social, laboral, comunitaria son aquellos que mejor se conocen a sí mismas y que están abiertas a ese difícil arte de sacar experiencia de todo en la vida. Son los que tienen la paciencia para observar, analizar y resolver problemas aplicando lo aprendido ante lo nuevo que aparece o descubriendo formas nuevas para solucionar problemas. Esas personas vienen de hogares donde todos los hijos son vistos de igual forma, donde no se comparan los hijos sino que se patrocina una sana competencia entre ellos para que cada uno alcance el máximo de sus capacidades y de sus habilidades teniendo en cuenta sus diferencias individuales. Vienen de hogares donde el ejemplo de sus padres es más importante que lo que se les pueda decir para que interioricen que requete-importantes ellos son.