“ Con el nombre de laico se designan aquí todos los fieles cristianos a excepción de los miembros del orden sagrado y los del estado religioso aprobado por la Iglesia. Es decir, los fieles que, en cuanto incorporados a Cristo por el bautismo, integrados al Pueblo de Dios y hechos partícipes, a su modo de la función sacerdotal, profética y real de Cristo, ejercen en la Iglesia y en el mundo la misión de todo el pueblo cristiano en la parte que le corresponde”(Lumen Gentium 31).

¿Que es un Concilio?

“Concilio es la asamblea de obispos convocada para debatir asuntos importantes referentes a la doctrina y disciplina de toda la Iglesia o de parte de ella. En el primer caso, el Concilio será universal o ecuménico (del griego “oicomenicós” que significa universal). Para que tenga valor de tal, tiene que ser convocado por el Papa, presidido por él o sus delegados, y aceptado en todas y cada una de sus decisiones por el mismo. En cuanto al número de participantes, es obvio que tienen que ser la mayoría, con verdadera representatividad de todo el mundo cristiano. En el segundo caso, el concilio es particular, que podrá ser de una nación, un grupo de naciones, una deerminada región o provincia eclesiástica.” Cuando un concilio no es convocado en forma legítima, se habla de “conciliábulo”.

Los concilios ecuménicos han sido hasta ahora los siguientes:

1. Nicea I (año 325) 2.-Constantinopla I (año 381)

3. Éfeso (año 431) 4. Calcedonia (año 451)

5.- Constantinopla II (año 553)

6.- Constantinopla III (año 680-81)

7. Nicea II (año 787)

8. Constantinopla IV (años 869-70)

9. Letrán11. I (año 1123) 10. Letrán II (año 1130)

11. Letrán III (año 1179) 12. Letrán IV (año 1215)

13. Lyon I (año 1245) 14. Lyon II (año 1274)

15. Vienne(año1311-12)

16. Constanza (año1414-18)

17. Florencia (años 1438-42)

18. Letrán V (años 1512-17)

19.Trento (años 1545-63)

20. Vaticano I (años 1869-70)

21. Vaticano II (años 1962-65)

Ejemplos:

1.- El primer Concilio ecuménico se celebró en el año 325 en Nicea (actualmente Iznik), ciudad de Asia Menor, en el territorio de la actual Turquía, y de la que recibe el nombre por el que es conocido, Concilio de Nicea I. Fue convocado por el emperador Constantino I el Grande, por consejo del obispo San Osio de Córdoba. Previamente, Constantino ya había dado muestras de sus simpatías por el Cristianismo al dictar el Edicto de Milán del año 313, que daba a los cristianos libertad para reunirse y practicar su culto sin miedo a sufrir persecuciones. No obstante, el emperador era consciente de las numerosas divisiones que existían en el seno del Cristianismo, por lo que, siguiendo la recomendación de un sínodo dirigido por Osio de Córdoba en ese mismo año, decidió convocar un concilio ecuménico de obispos en la ciudad de Nicea, donde se encontraba el palacio imperial de verano. El propósito de este concilio debía ser establecer la paz religiosa y construir la unidad de la Iglesia cristiana.

En aquellos momentos, la cuestión principal que dividía a los cristianos era la denominada controversia arriana, es decir, el debate sobre la naturaleza divina de Jesús. Un sector de los cristianos, liderado por el obispo de Alejandría, Alejandro, y su discípulo y sucesor Atanasio, defendía que Jesús tenía una doble naturaleza, humana y divina, y que por tanto Cristo era Dios; en cambio, otro sector liderado por el presbítero Arrio y por el obispo Eusebio de Nicomedia, afirmaba que Cristo había sido la primera creación de Dios antes del inicio de los tiempos, pero que, habiendo sido creado, no era Dios mismo.

Este fue el primer concilio general de la historia de la Iglesia cristiana, a excepción del llamado concilio de Jerusalén del siglo I, que había reunido a Pablo de Tarso y sus colaboradores más allegados con los apóstoles de Jerusalén encabezados por Santiago el Justo y Pedro.

2.- El Concilio de Nicea II se celebró del 24 de septiembre al 13 de octubre de 787 en Nicea. Fue convocado por Irene, madre del emperador Constantino VI.

El concilio fue convocado a raíz de la controversia iconoclasta iniciada por el emperador León III en el 726. Los iconoclastas negaban la legitimidad de las imágenes y su culto. Además los iconoclastas usaban argumentos derivados de la prohibición que en el Antiguo Testamento vetaba la creación de imágenes (cf. Éx 20, 4; Dt 5, 8) o de la filosofía platónica ya que el uso de imágenes implica representar modelos a partir de lo que solo son sombras o reflejos.

Los cánones del concilio permiten hacer una distinción entre el culto dado a Dios (llamado de «adoración» o λατρεία) y la veneración especial tributada a las imágenes (la palabra griega “προσκύνησις“, proskýni̱sis que significa “veneración”). Así se evitaban ambos extremos igualmente presentes en la cultura oriental: la adoración de la imagen como si fuera Dios mismo y por otro lado la destrucción de estas por miedo a la idolatría o por motivos de conveniencia y paz.

3.- Concilio de Trento. El Concilio de Trento fue un concilio ecuménico de la Iglesia Católica Romana desarrollado en periodos discontinuos durante 25 sesiones, entre el año 1545 y el 1563. Tuvo lugar en Trento, una ciudad del norte de la Italia actual, que entonces era una ciudad libre regida por un príncipeobispo.

Desde 1518, los protestantes alemanes venían reclamando la convocatoria de un concilio alemán, y el emperador Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico intentaba cerrar las diferencias entre católicos y reformistas para poder hacer frente a la amenaza turca.

En vista de la situación hubo grandes presiones del emperador sobre el Papa Clemente VII para que lo convocara, a lo que éste se resistía. Al cabo de un tiempo, en 1529, Clemente VII se comprometió a ello.

Desde antes de esta crisis extrema, la iglesia había intentado mejorar. Podemos mencionar a los cardenales Francisco Jiménez de Cisneros, Hernando de Talavera y Pedro González de Mejía, que en el siglo XV, durante el reinado de los Reyes Católicos, en España, se dedicaron a mejorar la moral de la institución, nombrando obispos de grandes cualidades y fundando establecimientos educativos. En Italia, se había creado una asociación de seglares piadosos y clérigos, llamada el Oratorio del Amor Divino, que inició sus actividades secretas en 1517, sobre la base del amor al prójimo. Estos intentos, sin embargo no bastaban.

Fue Paulo III, que había vivido las luchas en Italia, quien asumió el compromiso de unificar a los católicos, logrando la reunión de un Concilio, después de que varios Papas lo hubieran intentado sin éxito.

El espíritu e idea del concilio, fue plasmada por la gestión de los jesuitas, Diego Laínez, Alfonso Salmerón y Francisco Torres. La filosofía le fue inspirada por Cardillo de Villalpando y las normas prácticas, sobre sanciones de conductas, tuvieron como exponente principal al obispo de Granada, Pedro Guerrero.

En este concilio, que culminó bajo el mandato del Papa Pío IV, se decidió que los obispos debían presentar capacidad y condiciones éticas intachables, se ordenaban crear seminarios especializados para la formación de los sacerdotes y se confirmaba la exigencia del celibato clerical. Los obispos no podrían acumular beneficios y debían residir en su diócesis.

Se impuso, en contra de la opinión protestante, la necesidad de la existencia mediadora de la iglesia, como Cuerpo de Cristo, para lograr la salvación del hombre, reafirmando la jerarquía eclesiástica, siendo el Papa la máxima autoridad de la iglesia. Se ordenó, como obligación de los párrocos, predicar los domingos y días de fiestas religiosas, e impartir catequesis a los niños. Además debían registrar los nacimientos, matrimonios y fallecimientos.

Reafirmaron la validez de los siete sacramentos, y la necesidad de la conjunción de la fe y las obras, sumadas a la influencia de la gracia divina, para lograr la salvación, restando crédito a Lutero que sostenía que el hombre se salva por la fe y no por las obras que realizase. También se opuso a la tesis de la predestinación de Calvino, quien aseguró que el hombre está predestinado a su salvación o condena. En refutación a esa idea, la iglesia sostuvo que el hombre puede realizar obras buenas ya que el pecado original no destruye la naturaleza humana, sino que solamente la daña.

Los santos fueron reivindicados al igual que la misa, y se afirmó la existencia del purgatorio. Para cumplir sus mandatos, se creó la Congregación del Concilio, dándose a conocer sus disposiciones a través del “Catecismo del Concilio de Trento”.

Se reinstauró la práctica de la Inquisición que había surgido en el siglo XIII, para depurar a Francia de los herejes albigenses. Ya restablecida en España desde el año 1478, se propagó por varios países europeos bajo la denominación de Santo Oficio, que usó la tortura para obtener confesiones. Si ese método no daba los resultados esperados, de arrepentimiento del hereje, éste quedaba en manos del poder civil, que lo condenaba generalmente a la muerte en la hoguera. El protestantismo debió soportar la Inquisición en varios estados, pero fue principalmente efectivo en España, Italia y Portugal.

También creó el Índice, en 1557, por el cual se estableció una censura contra la publicación de pensamientos que pudieran ser contrarios a la fe católica, y se quemaron muchos libros considerados heréticos.

Posterior al Concilio, en 1592, se publicó una edición definitiva de la Biblia, sosteniéndola como fuente de la revelación de la verdad divina, pero otorgando también dicho carácter a la Tradición, negándose su libre interpretación, considerando ésta, una tarea del Papa y los obispos, herederos de San Pedro y los apóstoles, a quienes Cristo les asignó esa misión.

4.- Concilio Ecumenico Vatiano II. Cuando el Papa Juan XXIII convocó el Concilio Ecuménico Vaticano II en Octubre 1962, el abrió las ventanas de la Iglesia Católica para recibir el aire fresco del mundo moderno.

El Concilio se convocó con los fines principales de:

  • Promover el desarrollo de la fe católica.
  • Lograr una renovación moral de la vida cristiana de los fieles.
  • Adaptar la disciplina eclesiástica a las necesidades y métodos de nuestro tiempo.
  • Lograr la mejor interrelación con las demás religiones, principalmente las orientales.

Se pretendió que fuera un aggiornamento o puesta al día de la Iglesia, renovando los elementos que más necesidad tuvieran de ello, revisando el fondo y la forma de todas sus actividades.

Pretendió proporcionar una apertura dialogante con el mundo moderno, actualizando la vida de la Iglesia sin definir ningún dogma, incluso con nuevo lenguaje conciliatorio frente a problemas actuales y antiguos.

A lo largo de los años 1950, la investigación teológica y bíblica católica había empezado a apartarse del neoescolasticismo y el literalismo bíblico que la reacción al modernismo había impuesto desde el Concilio Vaticano I. Esta evolución puede apreciarse en teólogos como los jesuitas Karl Rahner o John Courtney Murray, que se habían venido esforzando por integrar la experiencia humana moderna con el dogma cristiano, así como en otros: el dominico Yves Congar, Joseph Ratzinger (ahora Papa con el nombre Benedicto XVI), Henri de Lubac y Hans Küng que buscaban lo que veían como una comprensión más ajustada de la Escritura y de los Santos Padres, un retorno a las fuentes (ressourcement) y una actualización (aggiornamento).

Al mismo tiempo los obispos de todo el mundo venían afrontando tremendos desafíos asociados al cambio político, social, económico y tecnológico. Algunos de ellos aspiraban a formas nuevas de responder a esos cambios. El Concilio Vaticano I, desarrollado casi un siglo antes, había sido interrumpido cuando el ejército italiano entró en Roma en los momentos finales de la unificación italiana. Sólo habían concluido las deliberaciones relativas al papel del papado, dejando sin resolver los aspectos pastorales y dogmáticos concernientes al conjunto de la Iglesia.

En muchas areas el Concilio Ecuménico Vaticano II represent el fin de una era y el principio de una etapa en la historia de la Iglesia y de la humanidad.

Participantes:

Los 2450 obispos de la Iglesia, el único grupo que fue excluido son los obispos del bloque comunista chino por lo que faltaron unos 200 obispos. Había un convenio con los soviéticos de poder dejar salir y entrar a los obispos a sus países sin problemas. Es el concilio más grande en cuanto a cantidad (Calcedonia 200; Trento 950) y en cuanto a catolicidad pues es la primera vez que participan obispos en modo sustancial no europeos (sobre todo africanos y asiáticos). En los primeros dos años predominaron los obispos europeos pero las siguientes sesiones fueron más participadas. (Incluso participaron algunos cardenales teólogos o no obispos, pero por insistencia de Juan XXIII fueron ordenados obispos). Además participaron algunos abades de grandes congregaciones (franciscanos, conventuales, dominicanos).

Teólogos invitados del Papa como consultores, no como miembros plenos (Yves Congar, Karl Rahner, Henri de Lubac, Hans Küng, Gérard Philips; podían escuchar pero no hablar en el aula.

Consultores de Iglesias ortodoxas e Iglesias protestantes.

Observadores, y católicos laicos (cf. Mary Goldic, Ospite a casa propia, ed. en inglés)

Periodistas. Se dan muchas publicaciones pero en especial Times. (Raniero en la Valle Avennie; Caprile en Civiltá Católica; Frankfurter Allgemeine Zeitung; Le monde, Assomptionisti La Croix; F-X Murphy CSSR bajo el pseudónimo de Xavier Rynne en New York; también algunos libros YVES CONGAR, non journal du concilio)

El Concilio constó de cuatro sesiones: la primera de ellas fue presidida por el mismo Papa en el otoño de 1962. Él no pudo concluir este Concilio ya que falleció un año después, (el 3 de junio de 1963). Las otras tres etapas fueron convocadas y presididas por su sucesor, el Papa Pablo VI, hasta su clausura en 1965. La lengua oficial del Concilio fue el latín.

La constitución Lumen gentium («Luz de los pueblos», es decir, Cristo) es el documento más importante del Vaticano II. De hecho, uno de los cuatro objetivos que Pablo VI marcó al concilio cuando volvió a convocarlo fue elaborar una definición más completa de la Iglesia. El documento habría de pasar por una larga y tortuosa evolución antes de su promulgación final el 21 de noviembre de 1964. Capitulos:

I. El misterio de la Iglesia
II El pueblo de Dios
III La Iglesia es jerárquica
IV Los laicos
V La llamada universal a la santidad
VI religiosas
VII Iglesia
VIII Nuestra Señora

A pesar de la cuidada estructura de la constitución, que en la ordenación de sus capítulos nos ofrece ya una declaración de la naturaleza y el destino de la Iglesia, no puede decirse que el documento contenga toda la eclesiología del Vaticano II. La constitución es clave para la interpretación de los otros textos, y esta, a su vez, ha de ser interpretada con la ayuda de aquellos.

Contexto socio-cultural de recepción de la Lumen Gentium en América Latina

Cuando se efectuó la publicación de la LG habían transcurrido mas de 400 años en América Latina de empobrecimiento, debido a:

las sangrientas manifestaciones entre los nativos que defendían sus vida, cultura, creencias y sociedad y los colonizadores.

-los encuentros nefastos que acabaron con la vida de miles de indígenas y de sus culturas, lenguas, tradiciones y creencias. Entre la asimilación de una nueva fe y un nuevo modo de ver la vida y la resistencia a la explotación y al irrespeto de la vida, nuestros pueblos indígenas sufrían un ambiente de violencia ocasionado por la conquista con su sistema de despojo, de explotación, y de exclusión.


-En el tema religioso, de la fe y la cultura -elementos que no podemos separar- el pueblo nativo se vió entre la espada y la pared: olvidar su fe y cultura social, profesar la fe de los blancos y ser sus esclavos, o perecer.

El sufrimiento del pueblo latinoamericano, ocasionado por el nuevo orden político y la casi imposición de la fe a los indígenas de manera más o menos violenta, traumatizó al pueblo política, social y espiritualmente.


El pueblo estaba profundamente marcado por los gobiernos coloniales, esclavistas, y clasistas, dominado por elites, más o menos católico-tridentinas o “ilustradas”. La Iglesia latinoamericana, al igual que la institución política imperante, hacía sentir su poder de sometimiento y jerarquización a todo el mestizaje. Por ello, la llegada del la LG significó un duro golpe para quienes haciendo uso de su puesto se servían del pueblo, y para aquellos acostumbrados a los privilegios.
Es de suponer que el pueblo que no llego al conocimiento de la LG, no gozó de la renovada visión de la Iglesia, que pretendía unir a todos sus hijos como a iguales en dignidad y derechos ante Dios.


Algunos de las innovaciones en la eclesiología de la Lumen Gentium son:
· La idea de la Iglesia como Pueblo Dios.
· La colegialidad de los obispos como revaloración del ministerio episcopal frente al primado del Papa.
· La revaloración de las iglesias locales frente a la Iglesia universal.
· La apertura ecuménica del concepto de Iglesia.
· La apertura a las demás religiones.
· La cuestión del estado especifico de la Iglesia católica, según la cual, como decimos en el Credo la Iglesia es Una, Santa, Católica y Apostólica.
· La Iglesia es ante todo una expresión de la gracia de Dios, es decir, una expresión del misterio del amor de Dios trabajo en la vida humana.

LG a través del tiempo ha venido creando conciencia, de que como hijos de Dios y miembros de su iglesia, deben de dar razonones de su fe, es así como se observan a muchos fieles entre ellos jóvenes que tienen el sueño de ver un mundo y una iglesia diferente.

LG ha creado conciencia, en que todos debemos de percibir y crear una iglesia que este arraigada al evangelio y a Cristo.

La LG ha sido una de las bases para la creación de los documentos del CELAM.

CONCLUSION

Después de haber reflexionado y profundizado sobre datos que poco se profundizar sobre el Documento dogmático Lumen Gentium llegamos a la conclusión:


Los desafíos para los católicos (obispos, presbíteros, religiosos, seminaristas, laicos) de la actualidad son grandes y diversos, puesto que muchos son poco históricos, no se estudia sobre la historia de la Iglesia, no leen la realidad que se vive al interior de la Iglesia a partir de fuera.

En este sentido, se trata de profundizar sobre los documentos de la Santa Madre Iglesia, es decir como laicos, sacerdote, religioso concebir una reflexión en el Vaticano II, pero con nuevas herramientas del lenguaje del hombre de los últimos días.

Por esa razón, el Documento dogmático Lumen Gentium se convierte en un instrumento y pieza fundamental para actuar en la sociedad como luz del mundo, como pueblo de Dios que es la misma Iglesia y que lucha por llevar el amor de Jesucristo y vivir con luz en el mundo.

Finalmente, hasta el VATICANO II el laico no encontró su verdadero sitio en el pueblo de Dios.

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Dr. Gelasia Marquez is an immigrant clinical and bilingual school psychologist. Dr. Marquez has studies, researches, articles, and programs aimed to help immigrant Hispanic children, adolescents and families in their processes of transition after migration