Cuando he hecho presentaciones sobre la importancia de la educacion para padres Hispanos generalmente el tema que todos quieren que de una forma o de otra se discuta es la diferencia entre la disciplina y el abuso físico, verbal y psicológico. Y es lógico que suceda asi. ¿Quién no recuerda lo que nuestros maestros decian años atras: la letra con sangre entra?. ¿Qué padre o qué madre no ha escuchado o no ha dicho alguna que otra vez “lo que ese niño o niña necesita es una buena nalgada”?. Más aún, la llamada sabiduría popular nos presenta la disciplina como equivalente a uso de la autoridad por medio del golpe físico. Por eso, vamos a volver a repetir que la tarea fundamental de los padres es conformarles sus personalidades y el instrumento fundamental de los padres en el proceso de educación de sus hijos es la disciplina.

¿Qué es la disciplina ? LA DISCIPLINA, DECIMOS Y REPETIMOS, NO ES LA OBEDIENCIA CIEGA DE NUESTROS HIJOS A LO QUE LES DECIMOS, NI ES LA CONFORMIDAD INCONDICIONAL A LO QUE LE PEDIMOS O MANDAMOS. LA DISCIPLINA, DECIMOS Y REPETIMOS, NO ES EL GOLPE FISICO, NI ES ABOCHORNARLES EN PUBLICO Y MUCHO MENOS HACER CHISTES O BURLAS DE SUS DIFICULTADES. Actuando asi no estamos contribuyendo a la formación de sus personalidades sino que estamos destruyendo sus identidades personales y estropeando su confianza en si mismos.

La disciplina es el esfuerzo que hacemos los padres por conformar los pensamientos, sentimientos, y acciones de nuestros hijos con las normas y valores sociales, éticos y espirituales de familia y de nuestra comunidad.

La disciplina tiene que ir acompañada de adultos que sirvan de modelo en el cumplimiento de sus obligaciones y deberes familiares y sociales, y sobre todo, de un ambiente de relaciones regulares y armoniosas en la vida del hogar. Un ambiente de disciplina en el hogar envuelve a todos los miembros de la familia… es el resultado de las relaciones respetuosas entre todos los miembros de la familia, es decir, entre los padres, y entre los padres y los hijos. La disciplina es el resultado de la atmósfera de seguridad y de confianza que se desprende del amor que los padres profesan a sus hijos. Solo cuando esto sucede podemos decir que hay una atmósfera positiva y constructive en el hogar.

En muchas oportunidades el buen ejemplo de los padres, la palabra oportuna, debe y puede ir acompañada de acciones tales como: remover al niño de donde esta, sentar al niño por unos minutos en su cuarto hasta que se calme y sea capaz de escuchar lo que se le esta diciendo. Quitar al niño de hacer sus actividades de juego favoritas por un periodo de tiempo que se compare con su habilidad para entender. Siempre que hagamos estas acciones debemos explicar por qué se estan haciendo. Ahora bien, las acciones tienen que ser proporcionales al tipo de fallo que el niño haya tenido. Y nunca se debe aplicar una de estas acciones sin antes haberle informado al niño que su actitud tiene consequencias y cúales son estas consequencias. Una vez que hemos prevenido al niño sobre las acciones que tomaremos debemos ser firmes en aplicarlas y de forma objetiva conversarlas con el niño.

Estas acciones conocidas como castigos no pueden, bajo ningun concepto, ser fisicas. Los animales domesticados aprendieron major con miel que con hiel. Tampoco pueden ser oportunidades para desahogarnos de la rabia que nos da que no nos obedezcan. Ni reflejo de la tensión que tenemos por el mucho trabajo que hemos hecho y el poco tiempo que tenemos para hacer las cosas de la casa. Los niños no pidieron que los trajeramos y traerlos entraña un deber ante Dios, la sociedad, la familia y ellos mismo. Recordemos siempre que si no tuvimos la suerte de tener padres comprensivos nuestros hijos no tienen la culpa. Que si fuimos educados a base de cintazos o de golpes nuestros hijos no tienen la culpa. Y sobre todo, recordemos que existen personas que pueden ayudarte a manejar la tensión que te produce criar a tus hijos, llamalas y recibe orientaciones. No saques de tu sistema tus frustraciones en los niños. Y mucho menos estes continuamente recordandoles todo lo que has hecho y estas haciendo por ellos. Porque nada que has hecho o que haces es lo que tienes que hacer… es lo que asumistes cuando decidistes tener un hijo o una hija.

Por último recordemos que la disciplina tienen que se apropiadas a la edad del niño y a su habilidad para entender lo que se le dice y lo que se le pide. Por eso, toda forma de disciplina debe de ir acompañada de una explicación. El por qué, el cómo, el cúando, deben usarse siempre que le pedamos a nuestros hijos que hagan una tarea.

La disciplina se inicia desde que el niño nace. Cuando proveemos a los niños de un horario regular para alimentarlos, bañarlos, dormir.. estamos enseñando al niño que vivimos en una sociedad donde las diferentes actividades tienen su tiempo para hacerlo. Poco a poco, vamos enseñandole al niño qué puede y qué no puede hacer. Y la repeticion sistemática y sucesiva de las distantas acciones que los padres le piden al niño que haga le llevan a interiorizar que “hay que hacerlo asi” aunque aun no entienda bien el por qué de lo que se hace.Tan pronto como el desarrollo del language y por consiguiente del pensamiento alcanzan sus primeros momentos, entre los 24 y los 36 meses, la explicación que los padres van dando a los niños acerca del por qué se debe actuar asi unida ala repeticion sucesiva y sistematica de la acción hace que el niño comience a actuar sabiendo qué hace, por qué lo hace, cúando lo hace y cómo lo hace.

Ya a partir de los 4 años el niño comienza a desarrollar el control propio de sí mismo o lo que más tarde será su auto-disciplina. Poco a poco, producto de la disciplina y la educación el niño comienza a actuar como se espera de él en cada situación y/o circumstancia. Esto sucede cuando el niño actúa sin tenersele que decir qué debe hacer, o por qué debe hacerlo, o cúando debe hacerlo. Al entrar en la escuela estos hábitos de control propio se enriquecen con el aprendizaje de las conductas sociales esperadas cuando se vive y se actúa en comunidad. Un niño que entra en la escuela sin haber desarrollado a lo menos un minimun de autodisciplina es un niño que no espera su turno, que no atiende cuando se espera que atienda, que no hace lo que se le pide que haga, que no respeta los límites del otro niño y que no puede ajustase a la disciplina escolar. Sin control propio, no importa cúal sea el conciente de inteligencia del niño, el proceso de aprendizaje es muy dificultoso para el niño, para sus maestros y para sus compañeros. Al llegar a la adoescencia, se espera que el joven haya acumulado suficientes normas, hábitos y valores sociales para orientar su vida y desarrollar sus propios criterios con responsabilidad y con libertad.

El producto final de nuestro esfuerzo diario por ayudar a nuestros hijos a crecer , es decir, el producto final de la disciplina es el control propio. Y el control propio no es más que saber lo que tenemos que hacer en cada momento y lugar. Y hacerlo. Control propio es tener respeto por sí mismo y por los demás. Es saber dónde terminan los limites personales y respetar los limites de los demás.

La tarea mas Hermosa que existe es la de ser padres… a traves de ella compartimos la tarea co-creadora de Dios. A traves de ella compartimos la administracion de la vida y del amor de Dios. Disfrutemosla, por favor.

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Dr. Gelasia Marquez is an immigrant clinical and bilingual school psychologist. Dr. Marquez has studies, researches, articles, and programs aimed to help immigrant Hispanic children, adolescents and families in their processes of transition after migration