Tanto la vida como la historia pueden ser enfocadas desde distintos puntos de vista. Existe un enfoque cÃclico, es el de los que piensan que la historia y la vida son como una rueda que da vuelta, y vuelve a parar en el mismo lugar. Que todo se repite. Visto asà la Navidad y el año nuevo no son más que repeticiones, rutinas, algo asi como un año más y una navidad más. Se repiten los cantos, se sacan los adornos de las cajas, se coloca el arbolito, se compran los regalos, se compran las uvas, se compra la sidra o el champagne o la cava, se ba a bailar o se coloca uno delante del televisor a esperar las 12 campanadas…. Y despues de que se dan los regalos, se recogen los adornos en las cajas, se guardan y se dispone uno a pagar sus deudas y demás. La ruega sigue y los 365 dÃas se vuelven a repetir.
Otro enfoque de la historia y de la vida es el lineal. Los hechos suceden uno tras otro, y jamás se repiten. Todo es nuevo, asà vista, la navidad y el año nuevo son experiencias distintas cada año, que se viven y ya. Si estas fiestas no fueron buenas, las otras podran ser mejores o peores, como vengan.
Existe otra tercera posición. Un tercer enfoque. Es el que presenta la historia y la vida como una espiral. que repite los 365 dÃas pero que en cada vuelta o revolución de la espiral hay una visión, un punto de vista, cualitativamente distinto. Es decir que cada Navidad y que cada año nuevo tra una invitación especial a vivir nuevas experiencias de fe y de esperanza. Son nuevas oportunidades de afianzarnos en que Dios nace de nuevo en nuestros corazones … ayer, hoy, mañana, siempre. Siempre hemos preferimos este enfoque y lo hacemos por dos razones: la primera es que toda espiral tiene un punto final, una meta, donde se logra la culminación del resorte, de su velocidad e intensidad y nosotros no nos resignamos a pensar o a aceptar que la vida no tenga una razón de ser y que nosotros no tengamos una razón para existir. La segunda razon es que sabemos que se repiten las fechas cada año pero en cada año nosotros hemos alcanzado un nivel mayor de madurez y de entendimiento. Y son esta madurez y este entendimiento las que nos llevan a enfocar las mismas fechas con diferentes motivaciones, esperanzas, actitudes. La vida vista asi no es como una rueda que da vuelta tras vuelta, sino que cada nueva vuelta es cualitativamente distinta a la anterior porque “algo” se aprendió antes. Porque se vivió las anteriores vueltas en el sentido pleno de la palabra vivir que es adquirir experiencia que nos hace ver, sentir y actuar de forma más coherente y madura. Y esto sucede aunque no siempre seamos conscientes y sepamos bien cúal ni cuánta… experiencia hemos adquirido. Solo notamos que cada vuelta es menos trabajosa y cada respuesta nuestra es más llena de calidad. Visto asi, la historia y la vida asume todo lo positivo de las dos posiciones anteriores, y entonces la Navidad y el año nuevo unque sean la commemoriación de los mismos misterios de fe y de esperanza, tienen dimensiones nuevas y diferentes, y por lo tanto, por ejemplo en cada Navidad tenemos la oportunidad de acercarnos a ella más dispuestos a dar respuestas distintas, más plenas, más espirituales.
La palabra Navidad, natividad, natal significan nacimiento. Nacer significa empezar a vivir. Cuántas veces hemos dicho “si yo volviera a nacer, pero con la experiencia que tengo ahora”. Suele ser la frase que culmina una revisión de vida en la que reconocemos que nos hemos equivocado, o que , tal vez, si hubiéramos actuado distinto todo hubiera sido mejor. LA NAVIDAD Y EL ANO NUEVO NOS BRINDAN LA OPORTUNIDAD DE VOLVER A EMPEZAR CON LA EXPERIENCIA QUE TENEMOS AHORA.
Antes que comience el año nuevo es saludable buscar qué metas nos hemos trazado en la vida. A veces encontramos personas que dicen no tener metas en la vida.. me atreverÃa a decir que eso es totalmente imposible. Es posible que no seamos conscientes de nuestras metas pero todos de una forma o de otra vivimos cada dia, nos movemos y actuamos, planeamos y decidimos con metas… porque si no seriamos vegetales, que solo existen porque alguien les planta y les atiende.
Si te cuesta trabajo identificar cuáles son tus metas cierra los ojos y piensa cuando te mueras que te gustarÃa haber alcanzado. Piensa cómo te gustarÃa que los demás te recordaran. Escribe tu propio obituario, piensa que poner en pocas palabras que definan quién eres, cómo eres, y qué te gustarÃa haber dejado atrás. En una oportunidad leà que la mejor forma de perpetuarse en el tiempo y en el espacio histórico es siendo padre/madre. No trayendo un hijo o una hija al mundo sino contribuyendo con Dios para que éste o ésta alcancen su plenitud espiritual, social, psicológica, emocional, humana. Un hijo, una hija que asuma proyectos e ideales nobles y constructivos, que sigan la tradición de paz y de amor que hayamos iniciado nosotros en ellos.
Si eres padre o si eres madre, una buena meta para el nuevo año es tu consciente contribución a una educación integral y a una formación moral de tus hijos. No importa la edad que tengan, ni situación anterior, ni las dificultades que confrontes ahora. Siempre se puede rectificar y echar a andar. No olvidemos que nuestra vida, para que sea fructÃfera, debe ser un continuo esfuerzo de adelanto y de superación. No hay problema, dificultad, fracaso, contratiempo… del que no podamos sacar algo positivo si lo sabemos aprovechar.
Asi es que plantea tu meta para el nuevo año. Y escribe los escalones que te llevaran a ella. Y, si ya sabes cuál es tu meta, si sabes hacia donde vas y como vas a llegar al final, oblÃgate durante el próximo año a revisar tu esfuerzo diario y a constrastarlo con la orientación que debes tener en tu vida. Porque para ir adelante, en calma y en tempestad, en prosperidad y en desgracia, es necesario que periódicamente sepamos tomarnos un tiempo para pensar en lo que queremos, en cómo lo queremos y mas importante aún, en por qué lo qaueremos. Solo asà nunca seremos un juguete de las circumstancias sino que seremos nosotros mismos lo que dirigimos nuestras vidas.
Por último permÃteme volver de nuevo a recordar que no puede haber una orientación definida en la vida, ni una conducta estable y equilibrada en ella si antes no se logra que haya congruencia entre el modo de pensar, sentir y actuar. Y eso, solo se logra cuando diariamente hacemos tiempo para auto-conocerse, para auto-valorarnos. Solo entonces seremos capaces de auto-determinarnos en la vida.
Aprovecha los dÃas de Navidad y de Año. Alejate un poco del ajetreo de la rutina. Cierra tus ojos y piensa en ti. Vale la pena conocerte, valorarte, y asumirte para determinarte… asi alcanzaras la libertad y la paz interior.
Publicado en el periódico El Sol de la Florida, 26 de Diciembre de 1981 y 2 de Enero de 1982.