Muchas veces se dejan de decir o de escribir ideas porque nos planteamos que “son de sentido común”, o que “por ley de la vida se tienen que saber”, o que es algo instintivo.

Sea cual sea la validez de estos argumentos entendemos que todos estamos APRENDIENDO A VIVIR EN FAMILIA. Vivimos en familia al tiempo que aprendemos cómo se forman y mantienen los lazos emocionales entre los que forman el núcleo familiar o mejor aún entre todos aquellos que conforman la imagen de familia que tenemos. Vivimos en familia al tiempo que aprendemos a vivir juntos. Vivir juntos que es algo más que tolerarse, algo más que decir siempre sí a quien es o pretende ser el eje central del hogar. Vivimos en familia y al tiempo que aprendemos confrontamos las dificultades propias del mundo de hoy, de las tensiones económicas, políticas, sociales, emocionales. Y al tiempo que aprendemos a mantener la familia unida a pesar de esas dificultades. Vivimos en familia al tiempo que aprendemos a amarnos los unos a los otros -incondicionalmente-, al tiempo que aprendemos a aceptar y a creativamente contribuir a solucionar las desavenencias, las crisis individuales, las dificultades de comunicación, los ex-abruptos, las aristas del caracter… y todo esto esforzándonos en ponernos en el lugar del otro, “tratando de caminar con los zapatos del otro a lo menos unos metros”, sanando, siempre sanando, sin destruir a ninguno en el proceso de sanar.

Hay que tratar de detener el silencioso avance de las estadísticas de divorcios. Hay que aprender a borrar los resentimientos, los odios, las enemistades entre padres, hijos, hermanos… y más importante aún, tenemos que aprender a preveer los signos de falta de entendimiento en las interacciones emocionalesl y sociales en la familia, salirle al paso antes de que se conviertan en manchas negras, en barreras insalvables, en dolorosas divisiones dentro del seno familiar.

Hay que luchar para alejar el fantasma de hombres y mujeres viviendo solos -sin afectos cercanos- los últimos días de sus vidas o bien porque no supieron detener a tiempo el fracaso, porque no fueron capaces de analizar. de comprender sus errores, porque no fueron capaces de acallar sus malestares personales y oir la voz de la cordura, de lo aprendido en el seno del hogar, de su propia conciencia sino que se dejaron llevar por la rabia del momento, por las malas influencias sociales o de amistades, incluso por el qué dirán.

La primera página de este aprendizaje es la naturalidad. La limpieza de espíritu. No movernos con ideas premeditadas. No cargar resentimientos del pasado. No dejarl que los vacíos de nuestra vida se quieran llevar a expensas de otros. Aceptando los dias y las noches, el sol y las nubes, las cosas buenas que nos pasan y las que no son tan buenas. Vivir, creando cada día la relación y no trayendo a la relación los ideales que vimos en las películas o en las novelas, o que leímos en libros, o que idealizamos a lo largo de nuestro crecer en la vida. No olvidemos que por muy realistas que sean las novelas radiales, televisivas o escritas, o por mas realistas que sean las peliculas… siempre tratan de no presentar mucho el lado oscuro que existe para poder venderse fácilmente. Lo que ellas hacen es crear una filosofía idealizada de la vida, de la familia, del matrimonio, de la vida del hogar, incluso de la sociedad.

Este aprendizaje a vivir en familia mientras vivimos en familia debe partir del principio de que casarse, constituir un hogar y una familia es algo más que gustarse, que necesitarse, que enamorarse. A la familia llegan dos personas con diferentes historias, con diferentes procesos educacionales, de diferentes tradiciones y costumbres familiares… luego, es más que lógico, que tengan roces, fricciones.. P:or tanto, aprender a vivir en familia demanda el trabajo constante, la energia incesante, para lograr crear entendimiento sin herirse y entendimiento a pesar de herirse. No olvidemos que la familia, por ley lógica, es el grupo social que más dificultades tiene que confrontar pero no olvidemos tampoco que es en la familia que se aprende a vivir en sociedad: es en la familia donde los hijos aprenden el respeto a los demás partiendo del respeto por sí mismos, es en la familia donde se aprende a vivir en libertad respetando los limites ajenos, es en la familia donde se crece en sentido de responsabilidad, dende se aprende a respetar las leyes, donde se crean los ideales sociales y las participaciones individuales por el bien común.

Publicado en el periódico El Sol de la Florida, Diciembre 12, 1981.

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Dr. Gelasia Marquez is an immigrant clinical and bilingual school psychologist. Dr. Marquez has studies, researches, articles, and programs aimed to help immigrant Hispanic children, adolescents and families in their processes of transition after migration