La sociedad o grupo social humano es como un gran tejido donde todas las piezas se engranan unas con otras. La menor de esas piezas es la familia. La familia se inicia por dos y recoge en esta unidad una muestra de los valores y principios morales de cada una de las familias de los contrayentes. Estos valores y principios morales son a su vez un reflejo de los valores y los principios morales de la comunidad donde ambas familias viven y de sociedad a la que esta comunidad pertenece. Estos valores y principios morales han sido transmitidos de generación en generación a través de la experiencia de vivir juntos, a través de la educación formal e informal que se lleva a cabo en el hogar, en la escuela y a través de los medios de comunicación. El compromiso matrimonial, por tanto, es el punto de partida de este proceso . Por eso se dice que el matrimonio es una institución social.
Como institución social que es, el matrimonio, y más tarde la familia, está regulado por una serie de leyes y principios que le determinan sus fines y medios para lograr estos fines asi como sus responsabilidades y derechos en el grupo social. Por eso se dice que el matrimonio es una institución legal.
La plenitud del ser humano se alcanza cuando este o esta es capaz de dar… Cuando la persona alcanza la madurez fisiológica y psicológica que le capacitan para dar vida e iniciar en ambos los padres que reproducen y los hijos que nacen periódos de desarrollo integral que duraran hasta el momento de la muerte. Por eso se dice que el matrimonio ofrece la posibilidad de alcanzar nuevos “hitos” sociales al adquirirse nuevos papeles a llenar: el de esposo/esposa y el de padre/madre. Por eso se dice que el matrimonio es la institución bio-psico-social.
Para hablar del matrimonio hay que distinguir el proceso de conocerse y cortejarse, del momento de la boda, del perÃodo de la luna del miel, y por último del estado matrimonial per se que se asume que es para toda la vida.
La comercialización y la propaganda han creado alrededor de los grandes momentos en la vida del ser humano toda una serie de parafrenaria cubriendolos de tantos detalles que las ceremonias esenciales se han vuelto superficiales y se ha perdido el sentido esencial de lo que está sucediendo. Los pequeños pero imprescindibles reglas a cumplir “socialmente” para casar bien a la hija o al hijo ocupan de forma tal la atención y las energÃas de todos los que participan en el proceso que se pierden los verdaderos pasos esenciales que nunca deben faltar para que ambos miembros de la pareja vivan el proceso de “casarse” a conciencia, y para que se preparen a fondo, estudiando todos los aspectos que el matrimonio conlleva. Asi la boda, preámbulo del matrimonio se convierte por sà mismo el acontecimiento en lugar de ser el matrimonio el paso esencial y la boda el testimonio del compromiso ante Dios, la sociedad, la familia y ante ellos mismos. Y, la presión “por no quedarse” “porque ya tus amigos/amigas lo han hecho” precipita el proceso de la elección no llegándose a valorar concienzudamente las preguntas de ¿son nuestros valores y formación moral compatibles?, ¿ha dado señales de madurez psicológica y social como para empezar una vida con el o con ella?, ¿ ha demostrado responsabilidad consigo mismo, con su familia, con la sociedad ?¿ es capaz de trabajar en su propio crecimiento psicológico y espiritual ?, y muchas mas preguntas que más tarde los consejeros matrimoniales tendran hacerles cuando los problemas normales de crecimiento y de ajuste matrimonial escalan y se convierten en situaciones “intolerables” que meritan una separación.
El matrimonio es una institución muy compleja y requiere de todos el maximo de cooperación para hacerlo realidad. Se suele acusar a la sociedad de propagar demasiado las ventajas del matrimonio. Se dice que “los tiempos han cambiado”. que “si no le va bien no tiene por qué aguantar”.. e interesantemente, los abogados familiares visitan las preguntas anteriores para saber el nivel de preparación de la pareja para asumir su responsabilidad social.
Creo que todos y a todos los niveles tenemos que dismitificar la boda e intensificar la preparación matrimonial… no de una tarde, no solo sobre el sacramento, sino por un perÃodo de tiempo suficiente para que las parejas vayan a comprometerse ante Dios y la sociedad sabiendo lo que hacen, por qué lo hacen y con qué recursos psicologicos y espirituales cuentan para casarse.
Publlicado en el periódico El Sol de la Florida Septiembre 19, 1981