El niño o adolescente retraÃdo o tÃmido es el individuo cuya conducta se caracteriza por tender a alejarse del medio ambiente que lo rodea, desarrollando reacciones de inhibición y rehuyendo participar en grupos. Suelen ser sujetos que siempre se sienten solos, incomprendidos, aislados. Son los llamados “raros” en los grupos sociales. Por regla general estos niños o adolescentes, cuando son preguntados acerca de su alejamiento ellos suelen alegar que el juego, el bullicio, la música y la conversación “les atormenta” y que ellos prefieren o se sienten mejor a través de la lectural, la televisión, la computadora, o los juegos electrónicos. Aunque no lo expresen verbalmente es fácil entender que sienten más seguridad y, por tanto, bienestar estando solos que en compañÃa de otros.
¿ Por qué sucede esto ?, o más cientÃficamente ¿ Cuál es la etiologÃa de este comportamiento ? Algunas posibles respuestas son:
- Existe una posición cientÃfica que plantea una tendencia innata (es decir, que nace con la persona) a una vida social pobre cuya vida afectiva no se enriquece ni disfruta de la relación social. La historia y la literatura dan buenos ejemplos de sujetos como estos. Son aquellos que tienen una abundante y rica vida interior, en quienes los intereses sociales no están desarrollados plenamente. Estos sujetos no se sienten inferiores por ser asi, y son capaces de llegado el momento tener intercambios sociales normales sin que essto les produzca tensión.
- Esta otra posición se basa en factores psicológicos, generalmente factores ambientales que existen en el hogar o fuera de ellos.
Por ejemplo, padres perfeccionistas. Los padres perfeccionistas son los que han creado “modelos ideales” de conducta filial y tratan de que estos modelos se encarnen en sus hijos trayendo como consequencia la crÃtica continua a su proceder que va mermando, poco a poco, la espontaneidad en el niño y gestando en él una gran inseguridad en sus logros sociales y una duda o una ambivalencia ante cualquier situación lo que le lleva como solución más cómoda a evitar las situaciones criticas en las que su actuar pueda ser criticado o reprimido.
Otro tipo de padres son los padres sobreprotectores. Estos padres ahogan con su afecto, dedicación y cuidado a sus hijos llegando a actuar por ellos con vistas a viabilizarles siempre la mayor comodidad. Como hemos reflexionado antes el niño necesita para crecer armónicamente en el plano psicológico afecto, seguridad pero tambien necesita actividad. Actuando se aprende a actuar y actuando el ninno crece en seguridad en sà mismo y en estima propia. Poder hacer las cosas por si mismo, aunque salgan “chuecas” al principio lleva al niño a superar los obstáculos y a incorporar un nuevo patrón de conducta en el que él es capaz de tener éxito. El niño sobreprotegido crece lentamente o no crece a partir de la edad en que su circulo social debe, tiene que crecer. Y cuando no le propician ese crecimiento social es como si el niño se “encogiese” en patrones más infantiles que los comunes para su edad. Consequentemente, al no desarrollar sus abilidades sociales no sabe comportarse con los demás: no sabe ganar o perder, recibir y devolver, hablar y contestar…
Por último estan los padres inconsistentes. Para entender la situación de estos niños recordemos el papel que tiene la disciplina en el proceso de educación y de desarrollo de la personalidad. El niño se hace un ser social a través de la continua acción modeladora del padre y/o de la madre que le va cincelando las aristas de su naciente personalidad de acuerdo con las normas sociales y que va imprimiendo en su actividad la jerarquÃa de valores esenciales para vivir en sociedad.
La disciplina para ser efectiva necesita que quien la ejerza sea un modelo disciplinado de la actividad. Que más que decir, ejemplarize la norma. Este ser lo que decimos que se debe ser contribuye a crear un ambiente de estables y sanas relaciones en el hogar. Cuando el padre dice algo y la madre le quita la razón, cuando la madre plantea una pauta a seguir y la abuela a espaldas de la madre ayuda al niño a desobedecerla, cuando el padre o la madre dicen y se contradicen… no hay consistencia en la educación. Y cuando no hay consistencia en el hogar, el niño no sabe cómo o cuando debe actuar, ni cuando puede no actuar. Y asi se va aislando, alejándose poco a poco, de las situaciones que le exigen definición en la actuación.
Muchas otras razones se can como posibles causas de que el niño se aisle o se retraiga. Todas pueden ser atajadas a tiempo y evitarse asi que el niño sufra marginandose o viéndose marginado de las situaciones sociales en las que no sabe cómo actuar.
Publicado en el periódico El Sol de la Florida, Octubre 10, 1981.