A todos interesa saber cómo crecemos y cuando dejamos de crecer para empezar a envejecer. Para contestar este interés que todos tenemos debemos recordar que “todos los seres humanos tenemos tres niveles de funcionamiento integrados en un todo, de forma tal que nosotros solo vemos una conducta o una respuesta humana que es el resultado de estos tres niveles integrados, es decir es una respuesta fisica/psicologica/espiritual. Hoy vamos a hablar el primer nivel, el físico. En nuestros proximos programas nos vamos a referir al Segundo nivel, el nivel psicológico que no distingue de los animales al hacernos capaces de pensar, sentir, decidir, y despues hablaremos del tercer nivel, que es el espiritual.

El primer nivel es el nivel físico que es estudiado por una ciencia llamada anatomía.

La anatomía humana es la ciencia dedicada al estudio de las estructuras del cuerpo humano. Como seres vivos formamos parte de la escala animal, somos el animal más desarrollado: somos vertebrados, mamíferos, oviparos.

Lo que sabemos del cuerpo humano es el resultado de estudios llevados a cabo desde tiempo anteriores a Cristo. La anatomía era enseñada por Hipócrates en el siglo IV antes de Cristo. Se atribuye a Aristóteles el uso por primera vez de la palabra griega anatomía’. Leonardo da Vinci en la epoca del renacimiento siglo XV, realizó estudios anatómicos artísticos, reflejados en variados bocetos y dibujos, como el modelo del cuerpo humano llamado el Hombre de Vitruvio. No es hasta el siglo XVII, que William Harvey, médico inglés, descubrió la circulación sanguínea.

Bajo una visión sistemática, el cuerpo humano —como los cuerpos de los animales—, está compuesto de diferentes sistemas y aparatos que agrupan los diferentes órganos, que hacen posible el funcionamiento y el mantenimiento de la vida animal, humana.

Llamamos Sistema: a un grupo de órganos asociados que concurren en una función general y están formados predominantemente por los mismos tipos de tejidos. Por ejemplo: el Sistema endocrino: que abarca el grupo de glandulas que segregan hormonas que hacen posible que el cuerpo funcione adecuadamente. O el Sistema inmunitario: que hace posible la defensa del cuerpo contra agentes causantes de enfermedades. O el Sistema nervioso: que hace posible que se recoja, transfiera y procese toda la información que se recibe a través de los sentidos y que ésta vaya y regrese al cerebro y del cerebro por medio de los nervios.

Llamamos Aparato: a un grupo de sistemas que desempeñan una función común y más amplia. Por ejemplo el aparato locomotor, integrado por los sistemas muscular, esquelético, articular y nervioso y que hacen posible que la persona se pare y se mueva. O el Aparato digestivo: encargado de procesar la comida, y que abarca la boca, el esófago, el estómago, los intestinos y las glándulas anexas.

El cuerpo humano, la parte física de nuestra persona, crece de una forma organizada y complicada y muchos de nosotros aún no entendemos bien como los distintos sistemas y aparatos son capaces de trabajar juntos, organizadamente, y efectivamente, sin necesitar nuestra intervención.

Todos estos sistemas y aparatos comienzan a madurar y a funcionar hasta alcanzar su plenitud física antes de comenzar un proceso de regression que se conoce con el nombre de envejecimiento. Los cambios asociados con el envejecimiento son NORMALES y no son señales de que se este enfermando la persona. Ahora bien, el proceso de envejecimiento es diferente para cada pesona y nada puede evitarlo. Conociendolos y tomando medidas que faciliten las incapacidades que vayan surgiendo hace posible que envejezcamos viviendo independientemente y hasta edades avanzadas.

A medida que envejecemos nuestra necesidad de calorias declina debido a que la fuerza de nuestros musculos se hace menor y llevamos a cabo menos actividades fisicas. Nuestra necesidad de vitaminas y minerales pueden incrementar nuestra fortaleza muscular pero puede suceder que nuestro cuerpo comience a dejar de absorber de forma eficiente las vitaminas y minerales.

Estando lo más activo posible beneficia a ambos al cuerpo y a la mente y facilita que la comida que comemos sea asimilada major y no se aumente de peso. Al propio tiempo el mantenernos activos ayuda a mantener fuerte nuestro sistema inmunológico, reduce el riesgo de enfermedades y en caso de que las enfermedades lleguen el mantenernos activos facilita el recobrarnos fácilmente. Una tableta diaria de multivitaminas y suplementos minerales ayuda mucho tambien.

Pero, no nos engañemos, nuestra parte física, como la parte física de todos los animales envejece y muere. Pero los otros dos niveles de nuestra persona humana van a seguir un proceso distinto. De ello hablaremos en nuestros proximos programas. .

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Recientemente tuve la oportunidad de preparar un programa de cuidado pastoral a los envejecientes. Fue una experiencia única para mi pero sobre todo para mi comunidad de fé. Porque todos o estamos o vamos a alcanzar la edad madura, todos o somos o vamos experimentar el proceso de envejecer, y todos vamos a morir.

Hablar de madurez, de envejecimiento y de muerte conlleva hacer un poco de reflexión sobre cómo respondemos a las preguntas qué es la vida y qué es vivir.

Cuando leemos libros de autobiografía la mayor parte de los autores bien en el título o en el contenido estan comparando la vida con un viaje que se inicia el día en que nacemos y que termina el día en que entregamos nuestra alma a Dios. Si acepto esta comparación diría que “viajamos a través del espacio y del tiempo llevando con nosotros no sólo nuestro diseño genético sino tambien la huella de todas aquellas personas que han tocado nuestras vidas en distintos momentos de nuestra historia personal, asi como tambien todas las influencias culturales aprendidas que han dado forma nuestra historia y que en conjunto conforman el equipaje con el que viajamos en la vida. Equipaje que nos ayuda a definar quienes somos, es decir, nuestra identidad.

Todos los que nos llamamos cristianos aprendemos a definir nuestras vidas como un peregrinar. Como cristianos sabemos que pertenecemos y peregrinamos con al pueblo de Dios, que ninguno de nosotros nació de gratis sino que cada uno de nosotros tiene un propósito en la vida, una tarea que llevar a cabo, todos nosotros estamos llamados a cumplir el plan de Dios para nosotros. Y, finalmente, mientras vivimos estamos llamados a alcanzar y a vivir a plenitud nuestra vida psicológica asi como tambien nuestra vida espiritual mientras nos preparamos al momento final de nuestro encuentro con nuestro Creador.

El peregrino necesita dejar detras todo aquello que no le ayude a seguir el camino que le lleva al final. El peregrino solo toma consigo sus experiencias y sus recuerdos. Que no es otra cosa que lo que era y lo que es.

En el año 1969 el cantautor Joan Manuel Serrat musicalizó un disco homenaje al poeta andaluz Antonio Machado. Uno de esos cantares nos habla “del hoy que será mañana, del ayer que es todavía” . Otro nos repite varias veces “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar”… “y al volver la vista atrás, caminante no hay camino, solo tus huellas al andar”. Otro cantar no tan conocido nos dice: “¿Para qué llamar caminos a los surcos del azar?”. “Todo el que camina anda como Jesús sobre el mar”.

Y son estos versos y esta melodía las que nos van a ayudar a entender que vivir es pasar de una etapa a otra. pero que ese paso, esa transición, va acompañada de retos, de cambios, y también de crisis. Porque, repetimos de nuevo, no se puede crecer –ni física, ni psicológica, ni espiritualmente- si no pasamos por periodos de crisis, de retos, de nuevas demandas personales, espirituales, sociales.

Claro que lo más importante que comprendamos es que todo este proceso de vivir no lo hacemos solos. Cristo está con nosotros. Recordemos lo que nos dijo: »Yo soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas. Pero el asalariado, que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. Así que el asalariado huye porque es asalariado y no le importan las ovejas”. “Yo soy el buen pastor y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; a esas también debo atraer y oirán mi voz, y habrá un solo rebaño y un solo pastor”.

Que Consuelo saber y actualizar a cada momento que no estamos solos, estamos con el Padre y Pastor “que conoce a sus ovejas y a quienes El tambien conoce y reconoce como tal .”

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Aunque todo el mundo dice saber qué es agresion y que es violencia, no todo el mundo esta de acuerdo al momento de juzgar si un acto, una expresión, o una conducta es agresiva o es violenta o no es ninguna de las dos.

La definición más simple que he podido encontrar de agresividad es la que nos da la presentan los estudiosos de la conducta y que dice que una conducta es agresiva cuando daña o puede dañar a otros. Pero esta definición déjà fuera un elemento de vital importancia en la conducta humana que es la intención con que se ejecuta el acto agresivo. De ahí que otros estudiosos de la conducta humana plantean que un acto es agresivo cuando deliberadamente o intencionalmente se trata de dañar a la otra persona. Legalmente, aceptamos que un intento de herir a otra persona es intrinsecamente digno de ser castigado .

Hasta aqui todo parece claro y aceptable. Solo que cuando estamos estudiando este tema nos encontramos con otra distinción más: agresividad antisocial y agresividad pro-social. La esencia de la distinción está en saber cúando la actividad agresiva viola las normas sociales communmente aceptadas y cuando la actividad agresiva es hecha para servir de soporte y apoyo a la justicia social y a la paz. Como lo define Sears: la agresividad pro-social es usada de forma aprobada y con propósitos aceptados o aceptables por las normas morales del grupo”.

Independientemente de estos planteamientos que nos llevarían a justificar o a entender la guerra entre los partidos politicos, entre los hermanos dentro de una misma nacíon o entre naciones está las preguntas claves: ¿por qué el hombre puede ser agresivo?, ¿qué factores ayudan a que crezca la agresión dentro de un grupo social?, ¿qué podríamos hacer para que la agresividad decrezca?, ¿se podrá llegar a erradicar la agresividad y la violencia en la sociedad?

La palabra agresividad procede del latín, en el cual es sinónimo de acometivididad. Implica provocación y ataque. Como adjetivo, y en sentido vulgar, hace referencia a quien es propenso a faltar al respeto, a ofender o a provocar a los demás. Se presenta como una mezcla secuenciada de movimientos con diferentes patrones, orientados a conseguir distintos propósitos. La forma extrema de la agresividad se llama violencia y se define como el tipo de agresividad que está fuera o más allá de “lo natural” en el sentido adaptativo, carácterizada por su ímpetu e intensidad.

Ahora bien, la conducta agresiva es una manifestación básica en la actividad de los seres vivos. Su presencia en la totalidad del reino animal y los resultados de las investigaciones sobre la misma le dan el carácter de fenómeno “multidimensional” (Huntington y Turner, 1987; Mos y Oliver, 1988). Basados en esta afirmación puede decirse que La agresividad es, como la ansiedad, un comportamiento o conducta que, a cierto nivel, se considera normal, funcional y necesaria para la supervivencia y la vida cotidiana pero que, a ciertos otros niveles, se considera anormal, disfuncional y generadora de muchos otros problemas de salud. La agresividad puede llegar a ser devastadora contra los que nos rodean o contra nosotros mismos.

Veamos por qué puede afirmarse que la agresividad forma parte de nuestra herencia como seres humanos. Al estudiar el temperamento o la base genetica de nuestra personalidad se nos plantea la existencia de cuatro emociones básicas: alegría, tristeza, miedo y rabia, esta última sería la más próxima a la ira. Cuando se manifiestan en sentido pleno, la rabia es una emoción incompatible sincrónicamente con la tristeza, del mismo modo que lo son entre sí el miedo y la alegría. Tanto la rabia como la alegría tienen un carácter expansivo. Por su parte, la tristeza y el miedo se manifiestan corporal y cognitivamente con carácter retractivo. Luego, la raíz de la conducta agresiva está la ira. Se la define como “una sensación de disgusto debida a un agravio, malos tratos u oposición. Y que normalmente se evidencia en un deseo de combatir la posible causa de ese sentimiento”.

La agresividad tiene su origen en multitud de factores, tanto internos como externos, tanto individuales como familiares y sociales (económicos y politicos, por ejemplo). La adicción al alcohol y las drogas asi como los cambios emocionales del individuo, tanto a un nivel considerado no patológico por los especialistas en salud mental como a un nivel considerado patológico (neurosis, depresión, trastorno maníaco-depresivo o trastorno bipolar) pueden generar también comportamientos agresivos. Otro elemento a considerar son las frustraciones generan agresividad porque no es posible conseguir aquello que se desea. La agresividad se puede dirigir hacia lo que genera la frustración, ya sea mediante agresión física o verbal o indirecta, desplazando la agresión hacia una tercera persona o hacia un objeto. La agresividad puede ser autodestructiva, no resuelve problemas, no es realista y es consecuencia de problemas emocionales no resueltos y también de problemas sociales diversos. Cuando no somos capaces de resolver un problema, nos desesperamos y, para salir de la desesperación, generamos una rabia terrible, que, si no es canalizada, puede ser destructiva.

Basados en lo anterior podemos entonces preguntarnos si está el ser humano destinado a vivir siempre en lucha, peleando, agrediendo, violento. Creo que la major forma de contestarlo es analizando lo opuesto a agresividad y violencia, es decir, analizando qué es lo que entendemos por paz.

La palabra paz deriva del latín pax. Es generalmente definida, en sentido positivo, como un estado de tranquilidad o quietud, y en sentido opuesto como ausencia de inquietud, violencia o guerra. Puede hablarse de una paz social como entendimiento y buenas relaciones entre los grupos, clases o estamentos sociales dentro de un país. En el plano individual, la paz designa un estado interior, exento de cólera, odio y más generalmente de sentimientos negativos. Es, por lo tanto, deseada para uno mismo e igualmente para los demás, hasta el punto de convertirse en un saludo (la paz esté contigo) o una meta de la vida.

El Antiguo Testamento cuando usa la expresión “paz” (shalom) especialmente en los saludos se refiere a un bienestar material y de espíritu: “La paz esté contigo” o “con vosotros” (cf. Gn 29, 6) . Tal paz solo puede venir de Dios mismo que quiere darla en compensación por la fidelidad de su pueblo a la Alianza aun cuando la paz en su sentido más pleno se espera para los tiempos del Mesías que es llamado Príncipe de la paz (cf. Is 9, 6) que además viene a pregonarla incluso a quienes no pertenezcan al pueblo escogido (cf. Zc 9, 6, Sal 72, 7).

En el Nuevo Testamento la expresión ειρενη mantiene el sentido dado en el Antiguo Testamento, “… soportándoos unos a otros por amor, poniendo empeño en conservar la unidad del Espíritu por el vínculo de la paz” Ef 4 2-3
Sin embargo, es por la unión con Cristo y la reconciliación que Él ha obtenido que se puede hablar de verdadera paz entre todos sean estos judíos o gentiles (cf. Rm 5, 1-5, Ef 2, 14-22). Es generalmente definida, en sentido positivo, como un estado de tranquilidad o quietud, y en sentido opuesto como ausencia de inquietud, violencia o guerra.

A lo largo de la historia se ha concluido que la paz puede y debe aprenderse, y para hacer esto posible se ha de supeditar en el proceso educativo la comunicación de conocimientos, con la invención- apoyo- abstención de ciertos hábitos/ rutinas y con una serie de pautas y valores.
La paz es el proceso de búsqueda de justicia en los diferentes niveles de relación humana. Este es un concepto dinámico el cual nos lleva a hacer brotar, arrostrar y solventar los conflictos de manera no-violenta, con el fin de alcanzar una concordia de la persona consigo misma, con la naturaleza y con los demás. Hay un dicho que dice:” no existe un camino hacia la paz, la paz es camino”. Por ello, la reiteración en la educación para la paz radica tanto en su método como en su contenido. La paz no es una meta, sino un proceso, por el que hay que aprender a entrar en los conflictos y resolverlos de forma positiva sin usar la coacción.

La educación para la paz tiene varios enfoques:
• Como mediación y solución de conflictos.
• Como paz personal.
• Como orden mundial.
• Como la abolición de las relaciones de poder.

Llevar a cabo una educación para la paz conlleva mirar a nuestro alrededor y descubrir todo lo que reta el concepto de paz.: vivimos en una sociedad donde predomina la violencia, marcada por las guerras, el hambre y las grandes diferencias que existen entre unas zonas y otro del mundo existiendo así zonas dominadas por el dinero en gran parte derrochado y otras en las que prácticamente no tienen ni para comer y esa es su mayor preocupación al contrario de la mayoría de las sociedades que conocemos simplemente porque las encontramos más cercanas a nosotros mismos y en estas la mayor preocupación es querer tener lo último en nuevas tecnologías o lo último en moda simplemente porque así creemos que vamos a estar adentrados y aceptados por esta sociedad.

La paz nos enseño el Papa Juan Pablo II se origina en el hogar. Nosotros, tu y yo podemos trabajar por una sociedad justa y pacífica. Ante todo, siendo ejemplo para nuestros hijos y depues fomentando un clima en el hogar donde todos y cada uno de nosotros

• Se comuniquen claramente, no de un modo agresivo.
• Seamos capaces de analizar los diferentes conflictos y dar diversas soluciones.
• Nos respetemos mutuamente, aceptandonos tal cual somos somos y trabajando dia a dia por ser mejores.
• Respetemos nuestro entorno natural.
• Estemos dispuestos a trabajar por un mundo más justo y pacífico.

Y que la paz de Dios este con todos nosotros.

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Hace unos dias escuché a un predicador hablarle asi a un grupo de Hispanos: “ustedes vinieron acá –les decía- a buscar la libertad , ¿que libertad? La libertad de escoger drogas y otros vicios…”.

Lamenté mucho que se perdiese la oportunidad de explicar en qué consiste y cómo podemos y tenemos que aprender a usar nuestra libertad. Asi que voy a utilizar estos minutos para hablar sobre ello.

Todos los paises del mundo miembros de la sociedad civil colocan la libertad de sus miembros como la piedra angular de todo su crecimiento democrático. Históricamente, en especial desde las Revoluciones burguesas del siglo XVIII y XIX, la libertad suele estar muy unida a los conceptos de justicia e igualdad.

En otras palabras, lo que permite al hombre decidir si quiere hacer algo o no, lo hace libre, pero también –y esta es la parte mas importante de la definición de la libertad- el poder elegir y decidir le hace responsable de sus actos. En caso de que no se cumpla esto último se estaría hablando de libertinaje. Pues la libertad implica una clara opción por el bien –individual y colectiva, privada y social.

La formación para vivir en libertad, es decir, la formación para ser responsible individual socialmente, se forma en el seno del hogar y se refuerza esa formación en la escuela, por medio de las instituciones sociales que prescriben el bien comun. Asi, en el hogar, en la escuela, en la comunidad en general se van formando y conformando los valores y la dinámica de compromiso social.

Concluyendo, si, venimos a los Estados Unidos, para
– actuar de conformidad con los dictados de la razón.
– actuar de conformidad con el propio ser verdadero o valores.
– actuar de conformidad con los valores universales (como la verdad y el bien).
Venimos para buscar lo major… y elegirlo responsablemente.

Y hallamos venido aca o nos hallamos quedado alla, siempre tenemos derecho para vivir y ejercer nuestra capacidad de elegir responsablemente lo que debemos hacer.

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La Organización Mundial de la Salud (OMS), estima que una de cada cinco personas en el mundo es adolescente, 85% de ellos viven en países pobres o de ingresos medios. La OMS define la adolescencia como la etapa que va entre los 11 y 19 años, considerándose dos fases, la adolescencia temprana 12 a 14 años y la adolescencia tardía 15 a 19 años.

Ahora bien, el estudio del período conocido como adolescencia es relativamente reciente en Psicología. De hecho antes del siglo XX un joven de 14, 15, o incluso 18 años era considerado como adulto y como a tal se le daban deberes a cubrir y derechos a disfrutar. Es decir, tan pronto los niños comenzaban su pubertad y comenzaba la aparición de los caracteres sexuales secundarios y culminaban su desarrollo los caracteres sexuales primarios ya se consideraba que estaban listos para salir a trabajar.

A finales del siglo XIX e inicios del siglo XX comenzó la progresiva demora en el inicio de adolescentes y jóvenes como resultado de la revolución industrial. La complejidad de las tareas laborales exigía un mayor desarrollo tecnológico en los obreros y por consiguiente alargaba el periodo escolar de los jóvenes y su iniciación en el campo laboral. Como producto secundario a esta nueva realidad, se fueron estableciendo leyes que facilitaran que los adolescentes y jovenes estuviesen cubiertos por la economía laboral con vistas a que pudiesen prepararse major educacionalmente. No es hasta el siglo XX que comienzan a existir severas leyes que restringen y prohoben la labor de niños y de adolescentes.

Es a partir de esos momentos que se hace la definición jurídica, laboral, social y educacional del periodo conocido como la adolescencia. La adolescencia es parte del continuo crecimiento de la existencia de los seres humanos, durane ella es que se realiza la transición entre el niño de edad escolar y el adulto. Es una transición de cuerpo y de mente, en conjunción con el medio ambiente socio cultural del adelescente.

Como vemos, la adolescencia es un fenómeno biológico, psicológico pero tambien es un fenómeno cultural y social, por lo tanto sus límites no se asocian solamente a características físicas. De ahí que la adolescencia pueda variar mucho en edad y en duración en cada individuo pues está relacionada no solamente con la maduración física y fisiológica sino tambien con la maduración psiquica del individuo y que depende de factores psico-sociales más amplios y complejos, originados principalmente en el seno familiar.

Los cambios físicos y fisiológicos son de gran importancia: el niño cambia de aspecto exterior, su cuerpo crece rápidamente en tamaño, fuerza y coordinación al tiempo que su sistema reproductor madura y su sexualidad añade una nueva y significante dimension a sus relaciones sociales. En adición todo este crecimiento físico y fisiológico lleva de la mano un avance intellectual que le permite entrar en el mundo de los conceptos abstractos en incrementar sus habilidades cognitivas. Asi su percepción de la vida comienza a ser cualitativamente diferente –es más rica y más compleja- solo que los adolescentes no tienen la suficiente experiencia para entrar en ese mundo y desenvolverse adecuadamente en él.

Socialmente, el adolescente tiene una posición intermedia: le exigimos deberes y respuestas de adultos mientras la continuamos manteniendo sus deberes de niño. Sin embargo, se nos olvida que es en esta fase de la vida que el niño pasa de una relativa dependencia a una social, económica y psicológica auto-suficiencia. Desde el punto de vista psicológico se definen estas tres areas de maduración y de cambio:

1.- independencia cognitva y emocional de sus padres y mentores. El adolescente comienza a pensar por sí mismo, a contrastar sus puntos de vista y percepciones con los de sus mayores, a –entre comillas- criticar lo que ve a su alrededor.

2.- Relaciones sociales más maduras con sus compañeros, con los hermanos y otros niños menores, con los adultos en general. Si se siente respetado en sus opiniones es capaz de respetar la de los otros aunque sean totalmente distintas a las de él.… es decir, si es respetado, respeta y no confronta.

3.- Define los valores que fue recibiendo a lo largo de toda su vida y los organiza y jerarquiza de forma tal que empieza a escribir su propia filosofía de la vida, esa que más tarde va a ser fundamental para su elección de profesion o de oficio, para definir su vocación en la vida.

Es importante destacar que cuando escuchamos a los adolescentes, ellos nos dicen que en su fuero interno no solo reconocen la necesidad de tener limites sino que tambien buscan dirección y orientación, pero tambien plantean que si existen conflictos es porque sus padres tienen poca confianza en ellos.

Muchos padres reconocen la importancia de esto y tratan de guiar esta transición de forma tal que su paso de un lado al otro de las orillas del río sea suave y sin tropiezos. Pero, desgraciadamente, no siempre sucede así, y las relaciones bilaterales –padres/hijos- se vuelven conflictivas durante este proceso y a veces duran asi por años a pesar de haber pasado ya la experiencia del cambio.

Lógicamente, toda la culpa de las situaciones negativas en que caen los adolescentes no la tienen los padres ni la familia, pero indudablemente, la familia juega un rol decisivo en estos procesos.

Los padres generalmente sienten ambivalencia ante el crecimiento y madurez de sus hijos: de una parte temen que esto acarree la salida de la casa de éstos y por eso dificultan y se esfuerzan tanto cuanto es posible para que sus hijos adolescentes no tengan vida social externa o los intereses típicos de su edad y cambios. Un ejemplo típico es el de la falta de información o en su defecto de provision de información tergiversada que dan a sus hijos sobre la realidad objetiva. Dicen lo que creen más conveniente, movidos por las propias experiencias negativas vividas en “sus épocas”o por sus “temores” actuales. Tambien puede darse el caso de colocar al adolescente en un total abandono en ese período teniendo éste que “bandeárselas” solo con su propia inestabilidad y los requirimientos sociales esperados en ésta época.

Afortunadamente un por ciento muy alto de los adoleslcentes logra superar felizmente este período mateniendo estables relaciones con sus padres y hermanos. Este por ciento está integrado por aquellos que aprendieron desde pequeños a participar en las decisiones familiares, expresar sus puntos de vista siendo respetados, pedir orientación y ayuda, consultar acerca de sus sentimientos, de sus relaciones sociales con amigos, de sus conflictos escolares, o de sus responsabilidades en el hogar, en la escuela, e incluso en la sociedad.

El equilibrio entre el respeto a los padres y el sincero diálogo se fomenta no en la adolescencia sino desde que el niño comienza a crecer. La actitud conformista o entre comillas obediente de muchos adolescentes suele nacer de las actitudes punitivas de los padres y no es necesariamente ser el reflejo de un sistema de auto-regulación o disciplina que el adolescente ha internalizado. La atmosfera de comunicación familiar ideal es aquella en la que la independencia de pensamiento es respetada por todos y cada uno de los miembros de la familia. Una atmósfera de comunicación que conlleva la responsabilidad individual ante las elecciones que se hagan y sobre todo ante las consecuencias que éstas tengan para el presente y para el futuro.

Tambien es importante que consideremos que cada generación es distinta. Nosotros, los de la la adolescencia en la década de los 50s teníamos un estilo de vestirnos, formas de pasar el tiempo juntos, e incluso una fraseologia para comunicarnos los unos con los otros diferente a los de la decada de los 70s, de los 90s, o a los de hoy en día. A esa disparidad de enfoques entre las generaciones es a lo que los teóricos culpan de lo que ellos llaman “conflictos virtualmente inevitables entre padres e hijos”. Considero que las diferencias generaciones no son solo un reflejo de los cambios de cultura sino más bien al acceso que tienen los adolescentes a las oportunidades educacionales y a las gratificaciones ocupacionales . Y estas diferencias son más lógicas que existan en sociedades con rápidos cambios producto del desarrollo de la tecnología y la ciencia y en quellas en que los niveles de inmigración son más altos. A esto llamamos “generation gap”, o sea, interrupción en la continuidad en tiempo y espacio, disparidad entre condiciones de vida y oportunidades de educación, empleo y desarrollo.

Un gran cúmulo de investigaciones llevadas a cabo sobre este tema permiten afirmar que los adolescenes cuyos padres aceptan sus opiniones, facilian la discusión familiar de los problemas tienen mayor tendencia a percibir a sus padres como efectivos, agradables, y por tanto, perciben la vida familiar feliz. Un factor fundamental es que ambos padres y adolescentes tengan similares valores y actitudes ante la familia, la sociedad y la vida.

Claro que no hay una receta ideal para salir exitoso como padres y como adolescentes de este período de la vida, pero nos parece que si proveemos una progresiva autonomía e independencia tanto de conducta como de juicios y si dejamos que nuestros adolescentes sientan que les respetamos como personas independientes ellos se moveran más seguros y confiados superando exitosamente esta importante crisis de crecimiento.

Finalmente, paralelo a la familia, los amigos tienen un papel muy importante en los adolescentes. En ellos tratan de encontrar un modelo a imitar en la vida, con ellos gastará la mayor parte de su tiempo y entre ellos valorará la importancia y trascendencia de sus ideas y valores.

Artículos publicados en el periódico El Sol de la Florida, entre el 22 de Mayo y el 12 de Junio de 1982, Tampa, Florida.

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Mi primera imagen gráfica de Dios, de su Plan de Salvación y de las Sagradas Escrituras fue la del libro “Historia Sagrada” que con brillantes laminas ilustraban los pasajes decritos. Recuerdo vivamente la lamina primera del libro, la de la Creación. Todavía cierro los ojos y puedo revivir los colores brillantes de la recién estrenada naturaleza y los rasgos de la cara del Padre Creador. Un anciano señor con largas bargas y mucha bondad en sus ojos brillantes.

Hoy cuando cierro mis ojos y recuerdo la lamina sé que Dios estaba satisfechos de todas y de cada una de las obras de Su creación –“y vió Dios que estaba bien” (Gen. 1, 24). Imagino al Padre Creador regocijándose cuando contemplaba el brillante sol que ya facilitaba la fertilidad de las tierras y que dilataba las pupilas asombradas de los animales que miraban a lo alto deslumbrados. Recuerdo el dedo Creador que apuntaba hacia el sol y cómo los rayos de este sol le arancaban destellos brillantes a los campos verdes, a las frutas maduras, al trigo dorado y a todas las demás cosechas. Maravilla de un sol que aún en la noche se hace presente cuando le dá transparencia a la opaca luna.

Usando mi recuerdo de ayer y con mi imaginación de hoy siento la brisa humeda abanicándo el rostro de Dios. Siento el trinar de los pájaros entonando himnos de alabanza y gratitude a Dios, y la alegría de la brisa que, agradecida de su existencia, se enredaba y jugaba con las palmas, con las olas del mar, con los guijarros de los ríos. Siento que es gratitud hacia su Creador lo que le llevaba a saltar de un lugar a otro produciendo sonidos melódicos de alabanza al Creador.

Con mis ojos cerrados revivo la lámina primera del libro de Historia Sagrada. Sin duda alguna, Dios se veía feliz ante la precisa obra de Su inteligencia, ante la vigorosa proyección de Su amor hecho deslubrante paleta de colores acá y allá, sintiendo el canto de las aves, el susurro de las ramas de los árboles que se rozaban cariñosamente las unas con las otras, el murmullo de los arroyos y de los ríos.

No sólo Dios se regocijaba sino que la Creación completa alababa también al Creador. “Alabad a Yahveh desde los cielos, alabadle en las alturas… alabadle, sol y luna, alabadle todas las estrellas de luz, alabadle cielos de los cielos, y aguas que estáis encima de los cielos… Alabad a Yahveh desde la tierra… montañas todas las colinas, árbol fruta y cedros todos, fieras y todos los ganados, reptil y pájaro que vuela…” (Salmo 148).

Y cuenta el Génesis que Dios se detuvo en su acción generadora cuando terminó de hacer la Creación. Tal vez en esos momentos El se haya preguntado ¿qué más puedo hacer para darme y para quedarme de forma más tangible y para toda la eternidad de siglos y siglos?

Fue entonces que decidió crear al ser humano no sólo como la obra final y más acabada de Sus manos sino como la fuente de re-creación continua y permanente de Dios mismo, al hacerlo a Su imagen y a Su semejanza. Así, usando la última y la más perfecta de las obras de Su creación Dios decidió quedarse para siempre en la humanidad de entonces, de ayer, de hoy, de mañana y de siempre.

La segunda lámina del libro de Historia Sagrada muestra al Dios con figura humana creando al ser humano: “Y dijo Dios, “Hagamos” al sr humano a nuestra imagen y semejanza nuestra” (Gen. 1, 26). Por eso, Dios dió al ser humano la capacidad consciente de percibir, entender, razonar, valorar, decidir para poder así alcanzarle a El, que es la Verdad, la sola Verdad. Por eso, Dios infundió en el ser humano con Su soplo de vida esa fuente interior capaz de cambiar el curso de los ríos y de allanar las montañas. La energía vital de Su amor destinada a atar indeleblemente a todos los seres humanos en la única hermandad que pasa por encima de cualquier diferencia humana, y que le hace capaz de vencerlo todo, hasta la misma antítesis de Dios: al odio, a la guerra y a la soledad.

Dios al hacer al ser humano a Su imagen y a su semejanza, le entregó el poder de administrarle a El mismo que es la Vida y la Creación con mayúsculas. De esta forma haciendo al ser humano –hombre y mujer- co-creadores con El Dios aseguró así Su perpetuidad en la hhumanidad y en la creación.

Y como el compromiso de Dios con la humanidad era total… Dios no se quedó a medias, sino que le dió al ser humano Su mayor don: la libertad. Dios quería que la última creatura de Sus manos, fuese capaz de tomar decisiones e iniciativas responsables para mantener la armonía de las leyes naturales, asi como tambien la paz que proviene del equilibrio en las relaciones físicas, psicológicas y sociales de la humanidad. Al hacerlo Dios quería que la participación del ser humano en la libertad de Dios fuese usada para construir no para destruir, para unir y no para dispersar, para administrar y no para dilapidar los tesoros puestos en sus manos para cuidar.

Poco a poco, a lo largo de mi vida yo he ido entendiendo lo que significa que el ser humano fuera creado a imagen y semejanza de Dios. Hoy yo sé que es no sólo porque tengo una vida física, tangible, visible. Ni tampoco porque tengo una vida psicológica que me permite razonar, amar, decidir. Sino que es porque yo tengo la capacidad y la habilidad de estar unida y en comunicación con Dios por medio de mi vida espiritual. “Vuelve alma mía a tu reposo, porque Yahveh te ha hecho bien. Ha guardado mi alma de la muerte, mis ojos de las lágrimas, y mis pies de mal paso. Caminaré en la presencia de Yahveh por la tierra de los vivos” (Salmo 116).

Hoy, al recordar la tercera lámina del libro de Historia Sagrada entiendo aún más el Plan de Dios para la Humanidad. Cierro los ojos y recuerdo la imagen de un hombre recostado a una columna, dormido, y a una mujer saliendo del área de su corazón mientras de nuevo, el dedo Creador apuntaba a la pareja. Habia bondad en la expresión facial del anciano Dios con figura humana. Bondad inmensa: para que el hombre no conociese el horror de la soledad, Dios quiso que las futures generaciones naciesen, creciesen, viviesen y muriesen acompañados, formando parte de un círculo que resemblase la propia naturaleza íntimade Dios. “Se ha dicho, en forma bella y profunda, que nuestro Dios en su misterio más íntimo no es una soledad sino una familia, puesto que lleva en sí mismo paternidad, filiació, y la esencia de la familia que es el Amor” (Juan Pablo II, 1979).

Así, desde pequeña yo fuí aprendiendo que Dios infundió en el primer hombre y en la primera mujer la capacidad de establecer entre ellos relaciones emocionales, que fueran indelebles, comunicativas, vivificantes, sanadoras… Y que Dios llamó familia a esa fuente primera de vida y de amor. Y para que esta reproducción de Su naturaleza íntima fuese el verdadero centro de la creación Dios puso atada a la identidad de la familia la misión de ser formadora de personas, depositaria de la vida y del amor, fuente constructora y transformadora de la sociedad, y participante esencia de la vida y de la misión de Su comunidad de fe y de su comunidad ecclesial. Y le ordenó “Familia, sé lo que eres” (Familiaris Consortio, 17).

Desde hace cientos de miles de años, por designio divino, la familia fue llamada a hacer posible que todos y cada uno de sus miembros fueran socialmente responsables, psicológicamente sanos y espiritualmente libres. Que la familia es la “primera y última experiencia humana”, es el primer sistema social-natural o la primera célula de la sociedad.

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¿Eres muy sensible a la crítica?, ¿Reaccionas pobremente ante la competencia?, ¿Tiendes a menospreciar a los demás?, ¿Reaccionas exageradamente ante los halagos?

Es posible que tengas una mala percepción de tí mismo, es muy posible que no sepas valorar todo lo que sabes o puedes hacer.  La imagen de uno mismo, la idea que tenemos de uno mismo, nuestra auto-percepción y auto-valoración es diferente en cada ser humano y se desarrolla a lo largo de la vida. ¿ Has visto a los infantes ante un espejo? Miran su propia imagen, la tocan, le llaman, le hablan… y despúes de repetir la acción varias veces descubren que el reflejo tiene su misma ropa, sus mismos zapatos… y descubren que la imagen son ellos mismos. “Mira al nené”, “Mira a pepito”, “Mira a la niña” este autoreconocimiento individual será su primer pasaporte social que le va a acompañar toda la vida; así soy yo, así me ven los demás.

Poco después vendrá otra aceptación personal y social. El o ella no es uno más tiene un nombre… y reconocerá que ese nombre le identificara ante los demás  y ante sí mismo desde ese momento, en todas las ocasiones de su vida, hasta su misma muerte. Al responder cuando le llaman o cuando le preguntan su nombre va creando una nueva forma de auto-identidad, de auto-conocimiento.Saber el propio nombre, tener una idea de quien y de cómo se es van a ser los primeros pasos para tener una identidad personal y social.

A partir de este momento inicial, dos fuentes van a contribuir a aumentar su propio concepto y valoración de sí mismo. El o Ella irá añadiendo cualidades positivas y rasgos negativos de acuerdo con lo que le dicen los adultos a su alrededor -sus padres, sus maestros. Estos elogios positivos y estos rasgos negativos los ira incorporando como se incorpora todo lo que sus mayores le dicen Y él o ella validarán esas cualidades positivas y esos rasgos negativos con los frutos de su propia  actividad.   Es decir, a medida  en  que comienza a tener logros o fracasos sociales en su vida de relación estas cualidades positivas y rasgos negativos se irán contrastando y comparando con lo que él ve que puede o no hacer.

Al llegar a la adolescencia el o la adolescente organizará toda la experiencia sobre si que a lo largo de los años ha ido formando, acumulando, verificando, estructurando… mientras ia a formando el yo.

Resumiendo el concepto del Yo se desarrolla gradualmente desde el momento en que el niño descubre su apariencia física y su identidad social. Este concepto del YO se construye mediante pensamientos, sentimientos y acciones.Como dice Combs, “las gentes descubren su conceoto del yo por las clases de experiencias que ha tenido en su vida, no de oídas sino de experiencias”Para lograr un YO positivo, dice Combs es necesario suministrar experiencias que enseñen a los individuos que ellos son importantes, exitosos, capaces de hacer, y de ser.

Publicado en el periódico El Sol de la Florida, Tampa, Octubre 3, 1981.

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Hace algunos años las estadisticas oficiales de los Estados Unidos planteaban que el 50 % de los matrimonios terminan en divorcio. Es decir, que de dos parejas que se casan, una solo se salvará del divorcio y la otra tendrá boda, luna de miel y más tarde o más temprano se terminará la relación. ¿ por qué sucede esto? En años recientes expertos en estadisticas, sociólogos y psicólogos han tatando de dar diferentes explicaciones a esta pregunta. Un dato interesante que se mantiene a través de muchas investigaciones es que la gran mayoría de los divorcios ocurren cuando la pareja es joven -ambos son menores de 30 años y llevan poco tiempo de casados -de 1 a 5 años aproximadamente.

Se suele acusar a los diferentes medios de comunicación masiva de propagar demasiado las ventajas del divorcio. Se dice que “los tiempos han cambiado”  y que si a uno no le va bien, pues se divorcia -“no tiene por qué continuar sufriendo…Se plantea que la juventud “no sabe aguantar”, que no han aprendido a resolver dificultades, que hoy la gente se casa pensando en el divorcio como alternativa y que esta actitud negativa y pesimista la pareja no pone interés en trabajar la relación.Lógicamente, cuando se piensa asi, la pareja ya está vencida de antemano.  Es frequente oir el argumento de que el divorcio es un signo de progreso social, que la sociedad se ha liberado de prejuicios, de convencionalismos, y de ataduras. Y mientras se piensa y se propagan estas ideas se crea una nube ficticia de argumentos que impide ver la realidad de la vida: porque aprender a vivir es aprender a resolver problemas, porque las diferencias individuales son complementarias, porque la persona crece dia a dia en intimidad en la medida en que interactúa en las buenas y en las malas.

El promedio de vida del ser humano oscila alrededor de los 75 años y la edad promedio de contraer matrimonio es entre los 25 y los 35 años de edad. Esto significa que al casarnos tenemos que saber que vamos a compartir las dos terceras partes de nuestra vida en  comun-unidad con el otro o la otra. Y no en soledad, o en el cambio “a ver si ahora me sale mejor”, o acusando al destino de las incompetencias personales.

En este asunto del matrimonio el destino no existe. El destino lo hacemos nosotros, lo elegimos nosotros, lo deseamos nosotros, y resulta completamente imposible negar la responsabilidad que se desprende de cada elección que hacemos, de cada responsabilidad que eludimos, cada situación que creamos. Tampoco es honesto aceptar que el matrimonio es “como una caja de sorpresas”. Pueden darse casos excepcionales en los que la mayoría de los rasgos o detalles del conyuge salgan a la luz despues de casados pero en lineas generales conocemos el qué y el cómo de la forma de ser del otro o de la otra.

Creo que lo esencial del matrimonio está en llegar a ese momento bien claros que casarse es compartirlo todo. No sólo el apellido. la privacidad, las debilidades, las manías… las experiencias más íntimas y tambien las más primitivas, es en la co-existencia diaria  donde se es, por eso es más que  logico que se produzcan desilusiones en el proceso de ajuste del uno al otro, es esperado que al tomar decisiones haya conflictos porque se están tomando decisiones que afectan a dos y que deben de complacer a los dos no a uno solo; es más que esperado que lo que antes era “una bobería” en su forma de ser ahora sea un “inaguantable problema de convivencia. La co-existencia matrimonial solo sera realidad si le ponemos una buena dosis de comunicación y de buenas ganas de hacerlo bien. Una buena dosis de comunicación que debe ir sazonada con entrega y generosidad. Si ambos usan esta receta verán que el fruto final sera cohesion e intimidad.

Publicado en el periódico El Sol de la Florida, Tampa, Septiembre 26, 1981.

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¿ Te ha pasado que vas al médico porque te “sientes mal” y no sabes lo que tienes y después de Rayos X y análisis te contestan que “no tienes nada”, “que deben ser los nervios”?.

La respuesta que necesitabas oir puede ser esta: Es posible que tengas una personalidad fuertemente ansiosa, y que canalizas tu intranquidad y malestar general psicológico a través de tu cuerpo, es decir, que sacas afuera tu ansiedad sintiendo dolores, malestares, etc. Y para entender mejor esta situación necesitamos hablar del Sistema Nervioso Central y cómo este se vincula o se relaciona con nuestro cuerpo y con nuestro psiquismo

El Sistema Nervioso Central forma parte del grupo de sistemas que constituyen el cuerpo humano. Del mismo modo que tenemos un sistema digestivo que hace posible la asimilación de las sustancias nutritivas necesarias para el mantenimiento del cuerpo, y un sistema circulatorio que lleva el oxigeno y otras sustancias alimenticias en la sangre a todas partes del cuerpo… asi tambien tenemos el complejo, eficiente, y posiblemente más interesante de los sistemas de organos que es el Sistema Nervioso Central.

Este Sistema se compone de aproximadamente 12 millones de celulas nerviosas que pueden enviar mensajes a velocidades que exceden a las de muchos automóviles de carreras y que además tienen el poder de recuperarse de los choques emocionales más intensos. El Sistema Nervioso Central de los humanos y de los vertebrados superiores se componen de tres partes principales:

1.- Sistema Nervioso Central formado por el encéfalo y la médula espinal que controla todas las actividades superiores del organismo.

2.- Sistema Nervioso Periférico que consta de las diferentes ramas nerviosas que salen del Sistema Nervioso Central y que llevan y traen los impulsos nerviosos de todas las partes del cuerpo al cereblo y vice-versa.

3.- El Sistema Nervioso Autónomo que controla la conducta automática del cuerpo como por exemplo, las pulsaciones del corazón, el ritmo respiratorio, etc.

El substrato natural directo de los fenómenos psíquicos y, por lo tanto de la via psíquica, es el sistema nervioso central. Eso quiere decir que la base del cuerpo humano sobre la que se opera el fenómeno psíquico (sentir, desear, pensar) es el Sistema Nervioso Central. Hoy día se cree que el fenómeno psíquico (sentir, desear, pensar) no es innato sino que se forma y desarrolla a partir del nacimiento humano usando como punto de partida el Sistema Nervioso Central. Como se desprende de lo que acabamos de decir, el desarrollo del psiquismo y el desarrollo del Sistema Nervioso Central interactúan mutuamente a lo largo de la vida y de forma más patente durante el proceso de la vida y de la actividad del niño.

Veamos esto último: El niño nace con una determinada organización nerviosa hereditaria, la cual si bien no predetermina el desarrollo psíquico, si lo condiciona esencialmente. En adición todo niño tiene un modo natural individual de desarrollo. Cada niño no solamente se desarrolla con distinta rapidez sino que individualmente pasa por diferentes fases de desarrollo “a su estilo”.

Todo lo anterior nos lleva a comprender mejor que la actividad del sisema nervioso no es totalmente igual para todos los hombres. Sino que existen sujetos con mayor fortaleza en sus procesos nerviosos y que habrá otros que tendran mayor facilidad para cambiar de un estado de excitación a uno de inhibición y vice-versa. Siguiendo, pues estos criterios, puede decirse que el fenómeno psicológico de cada uno de nosotros estará condicionado por el tipo de actividad nerviosa que tenga.

De acuerdo con esto, el fenómeno psíquico -pensar, desear, amar…- y el tipo de actividad innata que tenga el sistema nervioso va a contribuir a que hayan sujetos que sean más impresionables que otros, o más excitables que otros.
En un principio se creía que todas las enfermedades psicológicas se debían a enfermedades en el cerebro o en alguna otra parte del sistema nervioso central por eso se le llamaba a la ansiedad “nerviosismo”. En la mayor parte de los trastornos psiquiátricos, no hay ninguna imperfección aparente en el tejido nervioso del cerebro, ni demás organos, sino que es la reaccíon de la personalidad individual a una específica situación de lavida, incluyendo sus experiencias interpersonales. Por tanto, casi en la generalidad de los casos en que los sujetos se quejan de intranquilidad, irritabilidad, o “nerviosismo” y no hay dificultades en el funcionamiento del Sistema Nervioso Central, lo que se está planteando es que la persona tiene Ansiedad.

Publicado en el periódico El Sol de la Florida, Tampa, 27 de Febrero de l982.

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Es muy frequente escuchar comentarios tales como: “Fulano no actúa como un adulto”, o “A pesar de la edad que tiene, ella no es madura”, “Qué persona más inadaptada” cuando esas personas están atravesando períodos de crisis o de inseguridad, o cuando no parecen tener o actuar con confianza en sí mismos. Se nos olvida que es perfectamente normal que ante circunstancias no esperadas expresemos nuestro temor e intranquilidad  actuando en formas sorpresivas, indecisas, o demos respuestas incluso inadequadas, o tengamos actitudes no esperadas de nosotros.

He notado que cuando situaciones como las anteriores suceden, como decimos los cubanos que cuando “perdemos la tabla”, busquemos la explicación an nuestras reacciones culpando a los demás de ello, o vayamos al consabido “porque mis padres…”. Es cierto que existen muchas dificultades que se derivan de la forma en que nos criaron y educaron. Es cierto tambien que en ocasiones las dificultades matrimoniales han sido tales que la crianza de los hijos se convierte en una carga y que tal vez hayamos cometido el error de decir “aguanto todo esto, solo por ustedes”, o incluso en momentos de frustraciones comentar “eres igualito a tu papá o a tu mamá” descargando asi nuestro malestar en quienes no tiene responsabilidad alguna en lo que la pareja esta viviendo.

Ahora bien, cualquiera que sea el nivel de responsabilidad de los padres, nosotros, una vez alcanzada la juventud y madurez somos los únicos responsables de nuestras acciones y actitudes en la vida. Como adultos somos los únicos responsables de nosotros mismos. Si ahora te va bien o te va mal, analízalo despacio, y te darás cuenta de que eras y eres libre de hacer tus opciones, de decidir y de actuar. Debemos por tanto aceptar la responsabilidad de nuestras acciones y actitudes, solo cuando hagamos esto cuando tengamos el valor de -entre comillas- acusarnos de lo mal hecho o de lo mal deseado, podremos volver a empezar y hacer entonces las cosas bien. No olvides la frase “el triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas del error” y de esta otra tambien “quien se justifica de un error lo comete dos veces”.

Cualquier momento es bueno para volver a empezar, pero volver a empezar consciente de que nuestro presente edificará el futuro. Y cuando decimos volver a empezar conviene recordar que la una premisa importante para volver a empezar es escudriñar en el por qué actuamos, sentimos, pensamos, o deseamos incorrectamente. Conocernos a nosotros mismos es el paso previo a actuar consciente en la vida.

Una sugerencia para ayudarnos a conocernos es: dibuja una figura vacíam solo en contorno, y comienza a llenarla escribiendo dentro aquellas cualidades, capacidades, deseos, ambiciones, motivaciones que reconoces tener en la vida. Siendo verdaderamente sinceros con nosotros mismos al terminar esta tarea tendremos una bonita imagen de nosotros mismos. Tal vez ante ella quieras darle gracias a Dios y a quienes contribuyeron que fueras como eres hoy en dia: tus padres, tu familia, tus amigos, tus profesores…Este verte como eres te ayudará en primer lugar a ver la vida de forma diferente y a ser capaz de volver a empezar.

Más aún. a partir de este momento inicial de encuentro contigo mismo, puedes reflexionar qué deseas hacer con tu vida, qué puedes hacer para aceptar y para  cambiar tus circumstancias, puedes planificar tu vida y conducirla de acuerdo a tus principios, ideales, y deseos. Asi… no serás un títere de tus circunstancias sino el artífice de tí mismo.

Publicado en el periódico El Sol de la Florida, 1982. Tampa, Florida.

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